Los mercados ven ya peligro de recesión en Estados Unidos y de estancamiento en Europa a medio plazo
Los mercados ven un peligro inminente de recesión en Estados Unidos así como una próxima ralentización de la economía europea, que convivirá con altas tasas de inflación dando lugar al fenómeno que se conoce como ‘estanflación’. La causa reside principalmente en la evolución de la llamada M3, que es el indicador mide la cantidad del dinero en circulación. Éste se ha contraído por primera vez en América en febrero, lo que apunta a un rápido enfriamiento de la economía, debido a la intensa contracción del crédito al sector privado. El fenómeno no sólo se debe a las agudas y continuadas subidas de los tipos de interés practicadas por la Reserva Federal desde junio del año pasado y que han situado actualmente el precio del dinero en el 4,75%.
También tiene que ver con la crisis de confianza en el sector bancario estadounidense tras el colapso de Silicon Valley, que ha afectado a las entidades financieras más pequeñas, en las que se está observando una continua salida de depósitos que se refugian en las instituciones más grandes pero que finalmente acaban reduciendo el volumen de préstamos otorgado a empresas y familias. Todo esto sucede a pesar de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha ofrecido liquidez sin límite a las entidades que lo necesiten a fin de que no se vean obligadas a vender su cartera de bonos públicos incurriendo en pérdidas y entrando en dificultades, que es lo que le pasó a Silicon Valley.
En lo que respecta a Europa, la evolución de la cantidad del dinero circulando en los mercados (M3), de la que al final depende la marcha de la inflación -que es un fenómeno monetario-, también se ha desacelerado en febrero hasta el 2,9% desde el dato anterior del 4%. Este tendencia augura igualmente una ralentización del ritmo de crecimiento en la zona euro en los próximos meses, aunque no tan intenso como en EEUU. De cualquier modo, lo que ocurra allí también acabará afectando al Continente y el conjunto de la economía mundial, según las fuentes consultadas por OKDIARIO.
En España desde luego se dejará notar si nos atenemos a las previsiones del Banco de España. De hecho, la institución que preside Pablo Hernández de Cos ha pronosticado un aumento de la tasa de inversión de apenas el 0,3% para el año de 2023, que contrasta con el 1,6% del año anterior, y que frenará el aumento del PIB en el ejercicio presente. Según los analistas consultados, nos podemos encontrar con un incremento de la actividad de en torno al 1% conviviendo a lo largo del año con una inflación elevada.
De acuerdo con los medios contactados, es improbable que los depositantes vuelvan a tener problemas en Estados Unidos con sus ahorros, pero los accionistas están sufriendo, con subidas y bajadas de cotizaciones de las entidades y esta circunstancia ha alimentado la desconfianza. «De todos modos, esto lo que suele ocurrir siempre que suben los tipos de interés, y sobre todo después de un largo periodo en el que el precio del dinero ha estado cercano a cero o incluso ha sido negativo: se abre un periodo de alta inestabilidad en las bolsas presidido por una volatilidad extrema, y que esto redundará en la contracción del crédito prevista. De hecho, el presidente de Blackrock, Larry Fink, la mayor gestora de fondos del mundo -8,6 billones de dólares-, ha recomendado a las empresas que se salgan de la financiación bancaria y busquen alternativas, porque va a a haber seguro más regulación de todo tipo sobre las entidades financieras.
Hasta la fecha, la Reserva Federal de Estados Unidos ha obviado las turbulencias que afectan estos días al sector bancario americano y en su última reunión de marzo decidió continuar subiendo los tipos de interés. En concreto, 25 puntos hasta un nivel de un 4,75%. Esta es la cota más alta desde 2017. La decisión es consistente con la preocupación de la Fed por la marcha de la inflación, que da muestras de resistencias a la baja, y con los reiterados mensajes de Powell en el sentido de estar dispuesto, si es preciso, a endurecer aún más su política monetaria hasta que empiece a dar resultados sólidos y signos de que está reconduciendo el aumento de los precios hasta el 2%. La decisión se adoptó unos pocos días después de que el Banco Central Europeo subiera los tipos medio punto, hasta el 3,5%, a pesar de los desplomes en la bolsa de las entidades bancarias del Continente tras la crisis de SVB y la caída en picado de Credit Suisse, finalmente comprado por UBS por 3.000 millones.
Actualmente, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo se inclinan por establecer una tregua en las subidas de tipos de interés a la espera de comprobar los efectos que ha tenido la política monetaria implacable que han impuesto desde mediados de 2022 hasta el momento. Powell sugirió que estaban pensando en parar, aunque siguen dispuestos a hacer todo lo posible para controlar la inflación y reconducirla hasta una senda del 2% si los datos no son contundentes. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha declarado estos días que «ni se compromete a seguir subiendo los tipos de interés ni renuncia a continuar elevándolos si es necesario para detener la espiral inflacionista»